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Los Judíos de San Mateo

 

VENERABLE Y REAL HERMANDAD SACRAMENTAL Y ARCHICOFRADÍA DEL SILENCIO DE NUESTRO PADRE Y SEÑOR DE LAS PENAS Y MARÍA SANTÍSIMA DEL DESCONSUELO Y SAN BLAS. Dos pasos.

 

 

 

 

 

PASO DE MISTERIO

La talla de Nuestro Padre y Señor de las Penas es de talla completa, en madera de cedro policromada y no está firmada, pero es atribuible al jerezano Francisco Camacho Mendoza que tuvo un taller en la jerezana Plaza de Plateros. No obstante, sobre la imagen del Señor de las Penas siempre ha existido controversia, porque un sector de la crítica lo consideraba obra del siglo XVII y otro sector, la fecha en el siglo XVIII, fundándose en que, por su realización, tiene el movimiento y la emoción de dicho siglo. El rostro, de rasgos afilados. Los ojos están elevados al cielo, en actitud de plegaria, confirmando esto, además, por las manos, que, entrelazadas, en actitud implorante, parecen musitar una oración, con un gesto de infinita resignación ante el tormento, de dolor y de sacrificio. Muestra los ojos y las pestañas policromados. La nariz es recta, de amplias ventanillas y la boca, entreabierta, ofrece unos labios que dan sensación de sequedad, presentando claramente los dientes superiores tallados. Las venas del cuello aparecen hinchadas, reflejando la enorme tensión del instante pasionista. El cabello es suavemente ondulado. Es un momento pasionista de gran fuerza dramática, con Cristo quebrantado, física y moralmente, que se ofrece en expiación al Padre, aislándose en su dolor, haciendo efectiva la Redención.


PASO DE PALIO 

En este paso aparecen la imagen de María Santisima del Desconsuelo, acompañada por San Juan. Son tallas que corresponden al estilo de Francisco Camacho. La crítica pensaba que eran tallas del siglo XVIII, relacionándola con nombres tan relevantes como Montañés o La Roldana, habiéndose apuntado también la hipótesis de que se debiera a las gubias de Jacinto Pimentel, pero hoy día la paternidad de estas imágenes aparecen fundada en su atribución segura a Camacho representando en esta Dolorosa, el dolor letífico de la Madre de Dios, que rompe con sus fuerzas. La imagen de la Virgen, de candelero, es muy expresiva. La exquisita Dolorosa inclina la cabeza hacia la izquierda y dirige la mirada hacia el lado derecho. Los ojos son de cascarilla y las pestañas superiores, postizas. Lleva seis lágrimas de cristal, dos en cada mejilla. La boca, entreabierta, permite ver los dientes superiores tallados. La mano izquierda aparece extendida, llevando un rosario, mientras la derecha, semicerrada, porta un manípulo. El candelero es de base ovalada. Tiene una expresión dialogante, conseguido esto gracias a las manos, que transmiten sensación de vida y movimiento al espectador. Fue restaurada en 1980 por José Guerra Carretero, que según informó tenía múltiples repintes, rastros de lágrimas pegadas varias veces y el rostro casi desprendido de la cabeza.

 TÚNICA

Túnica negra con capa del mismo color, fajín y antifaz rojo. Sobre la capa el escudo de la Hermandad. La primitiva insignia o escudo que se portaba en la túnica y que constaba de un círculo rojo sobre el que se encontraba una túnica, fue modificado en el año 1922 por Manuel González, luego Marqués de Bonanza, y que consiste en una corona de espinas dentro de la cual se encuentran los clavos de la Cruz y sobre ella un ángel arrodillado en actitud de orar, la leyenda "San Mateo", alrededor en forma de iniciales JHS y María Auxiliadora con el nombre de la Hermandad y sobre todos estos elementos una corona.




 

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